10 sep 2025

Merlo S.p.A.: del primer manipulador telescópico en los años 80 a los medios de trabajo del futuro próximo.

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Septiembre de 2025

La innovación arraigada en la tradición: podría parecer un contrasentido, pero es la fórmula que ha guiado a Merlo S.p.A. desde su nacimiento, en 1964. La empresa de Cúneo, líder mundial en la producción de manipuladores telescópicos y medios de trabajo altamente especializados, es la prueba concreta de una realidad industrial familiar que no solo sobrevive, sino que se ha destacado por décadas en el panorama internacional de la industria mecánica mediante la visión, el ingenio y el estímulo continuo hacia el futuro.

Fundada por Amilcare y Natalina Merlo, la empresa comenzó con la fabricación de máquinas para obras. Los primeros años se caracterizaron por una producción artesana ya dirigida a la innovación. Sin embargo, ya en el año 1981 Merlo se distinguía por una innovación destinada a cambiar para siempre el sector de la manipulación: el primer manipulador telescópico del mundo, el SM30, una máquina que unía compactibilidad, versatilidad y capacidad operativa en un único medio.
El proyecto representaba mucho más que un simple producto: era el inicio de una filosofía industrial basada en la integración vertical, con el control total de la cadena de producción y una fuerte identidad de diseño interna.

La evolución tecnológica y el giro ecológico y digital.
A lo largo de las décadas, Merlo ha demostrado una excepcional capacidad de lectura del mercado, apostando constantemente por la investigación y el desarrollo. Desde la transmisión hidrostática hasta los sistemas de seguridad dinámicos, pasando por el chasis modular y la cabina suspendida, cada innovación ha sido diseñada dentro de la empresa y protegida por patentes, con más de 90 títulos registrados a nivel internacional.
El vínculo entre tecnología y funcionalidad siempre ha sido fundamental. Lo demuestra la incorporación del sistema ASCS – Adaptive Stability Control System, una patente Merlo que adapta la respuesta de la máquina, de forma dinámica, en función de las condiciones de carga, estabilidad y configuración del vehículo. De esta manera se maximiza la seguridad y la productividad en cualquier entorno operativo.

Hoy Merlo se proyecta con decisión en la nueva era de la mecánica inteligente y sostenible. En este contexto, el lanzamiento de la gama eléctrica marca un hito en la nueva estrategia. El e-WORKER, parte de la gama y primer manipulador telescópico completamente eléctrico, es el precursor. El mismo constituye un punto de inflexión para todo el sector: emisiones cero, compactibilidad, funcionamiento silencioso y prestaciones elevadas, pensados para las obras urbanas, las explotaciones agrícolas y los contextos ambientales más sensibles.

Pero la proyección de la empresa hacia nuevas tecnologías no se detiene aquí. De hecho, las soluciones de alto contenido digital y dirigidas a la automatización son múltiples. Un ejemplo de ello son: MerloMobility, una nueva plataforma digital para la gestión de la flota de medios desde remoto. Está conectada mediante la nube y permite monitorizar, en tiempo real, las prestaciones, el estado de mantenimiento, los parámetros de seguridad y la geolocalización. Un sistema que facilita el acceso al crédito de la Industria 4.0 y a numerosos incentivos nacionales diferentes y para quien gestiona flotas complejas; o el Cingo de conducción autónoma, una evolución de la histórica gama de transportadores compactos Merlo capaz de trabajar de modo autónomo, gracias a sistemas de navegación avanzados, sensores inteligentes y algoritmos propios; o bien el Radiocontrol, una interfaz inalámbrica de vanguardia que le permitirá al operador accionar la máquina a distancia en plena seguridad. Ideal en entornos peligrosos o para maniobras de alta precisión, representa otro paso hacia la robotización controlada de los medios de manipulación.

En definitiva, en un mercado cada vez más competitivo y globalizado, Merlo sigue distinguiéndose como modelo productivo único: el control vertical de la cadena de producción, el know-how interno y un ADN familiar que, además de orientar las decisiones estratégicas, se ha caracterizado siempre por la capacidad de interpretar la demanda y dirigir las inversiones hacia el mercado del futuro.
Más de 1700 empleados trabajando en Italia y en las 7 filiales internacionales, con un campus industrial en San Defendente de Cervasca que representa uno de los polos más avanzados de la mecánica aplicada a nivel europeo.
Por último, la inversión en la formación técnica es otro elemento singular, que se hace realidad en el Merlo Training and Research Center, donde cada año se forman operadores, técnicos y concesionarios de todo el mundo.

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